Hoy, día 19 de septiembre de 2016, Desde el Aire Granada, junto a nuestro dron, en la portada del periódico IDEAL.
Los drones están de moda y se hacen eco de ellos en los periódicos más destacados. Ha sido un placer trabajar con dos magníficos profesionales, Jorge Pastor y Alfredo Aguilar de IDEAL Granada. En su web www.ideal.es podéis ver, además de ésta, las noticias más destacadas de nuestra provincia y del resto del mundo.
Aquí os dejamos parte de la noticia publicada el día que aparecimos en portada:
«¿Es rentable enviar un cartero a pueblo de 34 habitantes, ‘perdido’ en mitad de los Picos de Europa, y al que no se puede acceder en coche ni en moto? Ésa fue la pregunta que un buen día se hizo Correos. Ese pueblecito se llama Bulnes. Está en Asturias. Y sí, hasta ahí llega, raudo y eficaz, un ‘cartero’ los días de reparto. Un ‘cartero’ con alas. Un dron. Sí, una de esas pequeñas aeronaves, tripulada desde un mando a distancia, que hoy día sirve para entregar el correo en el sitio más recóndito, pero también para localizar a personas extraviadas, para socorrer a quienes están al borde de la muerte o para fumigar los campos. Son algunas de las utilidades de un tipo de tecnología que también está implantada en la provincia de Granada, donde se contabilizan una veintena de empresas en el registro de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) –realmente hay muchas más, pero operan sin estar inscritas en AESA porque los ‘aficionados’ no requieren habilitación–.
Y es que una cosa son los drones de ‘juguete’ y otra bien distinta los dotados de la tecnología óptima para realizar, por ejemplo, estudios topográficos. Equipos de precisión que pueden costar más de ocho mil euros. Una inversión asociada, a su vez, al cumplimiento de una serie de requisitos que garantizan la idoneidad de quienes los manejan. Normas que son muy estrictas y cuyos incumplimientos más graves pueden acarrear sanciones de hasta 225.000 euros.
Desde el Aire es una de estas firmas granadinas especializadas en este sector. Una de sus responsables, Carmen Castillo, explica que la primera exigencia es la tenencia de un título de pilotaje que requiere tanto la aprobación de un examen teórico como otro práctico. «Esta última prueba –explica Castillo– hay que hacerla con el aparato que manejas habitualmente y el permiso sólo es válido para su uso». También piden un reconocimiento médico de ‘tipo dos’ –como el que precisan los pilotos recreativos–, las autorizaciones de AESA, datos como la matrícula del dron y los manuales de operaciones y de seguridad y, por último, un seguro de responsabilidad civil con una cobertura mínima de 300.000 euros –esta modalidad sólo la ofrecen un par de compañías en España–.»
El día fue muy entretenido y tanto ellos como nosotros aprendimos un poco más de la profesión de cada uno.
Nos honra aparecer en su portada.